Carbón y nuclear son las energías que se aprobarían para generar electricidad, de acuerdo con el Programa de Obras e Inversiones del Sector Eléctrico 2009-2018 de la CFE.
México se niega a combatir el cambio climático y apuesta nuevamente a la generación de electricidad con tecnologías obsoletas y sucias como el carbón, así lo demuestra un informe recientemente publicado por la Comisión Federal de Electricidad (CFE), denunció Greenpeace.
En un análisis que realizó la organización ambientalista sobre el Programa de Obras e Inversiones del Sector Eléctrico 2009-2018 (POISE 2009-2018), publicado por la CFE, se señala que la segunda tecnología para la generación de electricidad en el país será el carbón, con 2 mil 78 megawatts de capacidad adicional para los próximos años, lo que demuestra nuevamente la incongruencia del gobierno federal en materia de políticas sobre energía y en los esfuerzos para revertir los efectos del cambio climático.
Cabe destacar que este programa es el instrumento de planeación que sirve como base para el desarrollo futuro de la industria eléctrica nacional, mismo que es actualizado y publicado cada año.
El POISE 2009-2018 contempla la generación de 17,942 MW de capacidad adicional para el servicio público, con la siguiente composición: 2,930 MW en plantas hidroeléctricas, geotermoeléctricas y eoloeléctricas; 2,079 MW en carboeléctricas; 522 MW en unidades de turbogás y de combustión interna; 8,795 MW en centrales de ciclo combinado a gas natural, así como 2,368 MW cuya tecnología ni energético primario han sido definidos, pero que podrían desarrollarse a partir de carbón y energía nuclear, de acuerdo con el documento.
“Aun cuando el presidente Calderón se ha comprometido a reducir a la mitad las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) para mediados de siglo, el sector energético que contribuye con el 27.3 por ciento de dichas emisiones, planea seguir invirtiendo en tecnologías sucias y peligrosas en lugar de aprovechar el gran potencial de México en energías limpias como la solar, la eólica, la biomasa, las pequeñas hidroeléctricas y la geotermia. Sin embargo, su mensaje al mundo es incongruente con las políticas y acciones domésticas y no muestra señales claras de su compromiso para evitar el cambio climático catastrófico”, señaló María José Cárdenas, coordinadora de la campaña de Cambio climático y energía.
Si bien el POISE contempla en su estrategia la inclusión de las energías renovables para la generación de electricidad, se mantiene la presencia de combustibles fósiles como el carbón y se prevé que el precio de este combustible caerá abruptamente con el desmantelamiento de este tipo de centrales por parte de Estados Unidos –uno de los principales productores y consumidores de carbón-. Una justificación adicional es que el precio de este combustible es menos volátili respecto a otros energéticos.
Lázaro Cárdenas, Michoacán, así como las regiones de recursos potenciales de carbón en Coahuila, son los sitios considerados para las futuras centrales incluidas en el plan de expansión del POISE.
Asimismo, el programa indica que debido a la desaceleración del crecimiento de la demanda y a los periodos de licitación, construcción y desarrollo de la infraestructura para este tipo de proyectos, se ha considerado que a partir de 2017 será posible reactivar la instalación de centrales carboeléctricas y la tecnología nuclear podría ser una opción factible después de 2018.
“Para Greenpeace la energía nuclear es incompatible con un modelo energético sostenible ya que no cumple ninguna de sus premisas: no es económicamente eficiente, ni socialmente justa, ni medioambientalmente aceptable. La energía nuclear ha demostrado ser un fracaso económico, tecnológico, medioambiental y social, que ha causado ya graves problemas a la salud pública y al medio ambiente; el ejemplo más claro lo tenemos en casa y se llama Laguna Verde. En el mundo la energía nuclear sólo ha dejado accidentes por radiación y generación de residuos imposibles de eliminar; además contribuye a la proliferación de armas nucleares”, añadió Cárdenas.
El informe de Greenpeace “[R]evolución Energética: Una perspectiva de energía sustentable para México” demuestra que México tiene el potencial necesario para aprovechar al máximo las fuentes de energía renovables para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de nuestro país y de este modo evitar las peores consecuencias del cambio climático, mediante cinco principios clave:
1. Retiro paulatino de energía sucia e insostenible
2. Desacoplar crecimiento económico del uso de los combustibles fósiles
3. Instrumentar soluciones renovables, eficiencia energética y descentralizar los sistemas energéticos
4. Respeto a los límites naturales
5. Equidad y justicia
Cabe señalar que a fines de este año se llevará a cabo la Cumbre de Naciones Unidas sobre el Clima en Copenhague y el acuerdo alcanzado en dicha reunión necesita reactivar una economía de energías limpias para el futuro, conservar los bosques del mundo, proteger a los más vulnerables y encaminarnos hacia la disminución de las emisiones globales que garantice que la temperatura global no rebase un aumento de 1.5 grados centígrados.
Para ello, los países industrializados tendrán que reducir sus emisiones de GEI en 40 por ciento para 2020, pero para lograr una acción global progresiva, profunda y fortalecida, los países en desarrollo deben reducir el aumento de sus emisiones proyectadas de 15 a 30 por ciento para el año 2020, si queremos tener alguna oportunidad de evitar los efectos catastróficos del cambio climático.
“En lugar de invertir en energía nuclear y plantas de carbón, el gobierno federal debería darle prioridad a medidas de eficiencia y ahorro energético, así como incentivos para detonar las energías renovables en el país. Seguir generando electricidad con combustibles fósiles producirá más cambio climático y gases de efecto invernadero en nuestro país. Lo México necesita es una Revolución Energética ¡ahora!”, finalizó Cárdenas.
— Greenpeace México
lunes, 11 de mayo de 2009
lunes, 4 de mayo de 2009
“El caos del clima: más pronto de lo esperado”: Greenpeace
Se desprendió la plataforma de Wilkins, equivalente al tamaño de Nueva York. Esto tras el hundimiento de un puente de hielo que unía a Wilkins con la Antártida apenas hace un par de meses, como consecuencia evidente del calentamiento global
Con relación al desprendimiento de la plataforma de Wilkins, equiparable al tamaño de Nueva York y más grande que Singapur o Bahrein, la organización ambientalista Greenpeace reitera la urgencia de tomar acciones concretas a la brevedad para evitar el cambio climático fuera de control.
De acuerdo con expertos de la Universidad de Münster, Alemania, el desprendimiento formó diferentes icebergs este mes tras el hundimiento de un puente de hielo que unía a Wilkins con la Antártida apenas hace un par de meses, como consecuencia evidente del calentamiento global.
El deshielo general y colapso de las capas de hielo en la Antártida están asociados al incremento acelerado de la temperatura de la región de 2.5 a 3 °C de acuerdo con los registros de los últimos 50 años, y se espera que Wilkins podría perder un total de entre 800 y 3 kilómetros cuadrados más tras el hundimiento del puente de hielo en febrero pasado.
De acuerdo con los expertos, el bloque Wilkins cuyo espesor revela que tardó cientos de años en formarse, ya ha perdido aproximadamente la tercera parte de su superficie inicial, de 16 mil kilómetros cuadrados.
"La realidad y el ritmo del cambio climático es algo que supera lo que se había pensado anteriormente. Somos testigos de cambios en el medio ambiente, incluyendo el rápido deshielo de los casquetes polares, dejando claro que la amenaza de una catástrofe es mucho más inmediata que lo que nadie imaginaba. La única manera de revertir esto es reducir las emisiones ahora", señaló María José Cárdenas, Coordinadora de la Campaña de Cambio Climático y Energía de Greenpeace México.
“Hemos pasado abruptamente de la incertidumbre de los efectos del cambio climático a la certeza, y ahora corresponde preguntarnos cuánto tiempo más falta para que el nivel de los océanos se incremente desmesuradamente debido al derretimiento de los polos y empecemos a ser testigos de los efectos catastróficos del calentamiento global que, sin duda, se manifestarán antes de lo previsto”, agregó.
La organización ambientalista ha alertado en reiteradas ocasiones que el aumento de la concentración de gases de efecto invernadero y, por ende, de la temperatura global, deben detenerse y revertirse en una tendencia decreciente tan pronto como sea posible. "A la luz de la evidencia científica más reciente, la reducción de emisiones debe ser más ambiciosa y rápida que lo previamente acordado. El crecimiento de las emisiones globales debe alcanzar su pico para el año 2015, y descender drásticamente antes de 2020 para acercase lo más posible a cero en 2050”, añadió Cárdenas.
Greenpeace hace un llamado urgente a los líderes del mundo para involucrarse de forma personal en las negociaciones internacionales que en la Cumbre de Naciones Unidas sobre el Clima en Copenhague en diciembre de este año, garanticen un acuerdo de protección al clima fortalecido, obligatorio y justo.
Un acuerdo justo en Copenhague requerirá:
1. Que los países industrializados, como grupo, reduzcan sus emisiones en por lo menos 40% para 2020 respecto a los niveles de 1990. Al menos un tercio de estas reducciones deberá realizarse a través de medidas locales.
2. Con el fin de impulsar la acción global gradual, incluyente y fortalecida, los países en desarrollo deberán reducir paulatinamente sus emisiones proyectadas de 15% a 30% para 2020, con ayuda de los países desarrollados.
3. Establecer un mecanismo de financiamiento para detener la deforestación y las emisiones asociadas en todos los países en desarrollo para 2020. Los países industrializados tendrán que comprometerse a proveer aproximadamente $140 mil millones de dólares anuales para facilitar la transición de los países en desarrollo hacia tecnologías limpias, reducir de manera inmediata la pérdida de bosques y selvas, y adaptarse a los impactos del cambio climático.
— Greenpeace México
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